Orientación comunitaria: Definiciones, propósitos y aportaciones al desarrollo humano integral

Abstract

Orientar en el presente siglo representa uno de los compromisos medulares a los que se enfrenta el docente como actor social. Ello significa que, su responsabilidad trasciende del escenario educativo como espacio de intervención inmediata para extender su radio de acción hacia el contexto comunitario, por constituirse este último en el punto de origen, desarrollo y confluencia de la mayor parte de las situaciones conflictivas que emergen y se exteriorizan en la institución educativa. De este compromiso implica el ofrecer relaciones de ayuda y asesoramiento que cooperen con la resolución pacífica de conflictos sociales a través de la promoción de conductas altruistas y de habilidades personales que armonicen al sujeto con terceros y con su propio ambiente de convivencia. En atención a lo expuesto, con el presente ensayo se muestra la responsabilidad de la orientación en el contexto comunitario, dejando entrever sus implicaciones, sus funciones y aportaciones como proceso portador del conocimiento teórico y estratégico necesario para formar en los ciudadanos las competencias sociales oportunas para enfrentar los conflictos individuales y grupales desde una actitud participativa, comprometida y democrática. Esta disposición refiere también al orientador como un individuo con la sensibilidad para integrarse activamente en la resolución de controversias, mediante el uso de la comunicación y el diálogo como herramientas de las que depende en gran medida la consolidación grupos revestidos de la efectividad necesaria para organizar los intereses individuales y convertirlos en objetivos comunes que mejoren las condiciones de vida de todos.